Noticia
- Título original: Meditation and vacation effects have an impact on disease-associated molecular phenotypes
- Fuente: Translational Psychiatry
- Fecha: Agosto 2016
Científicos
de la Escuela de Medicina Icahn en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York, la
Universidad de California en San Francisco, y la Escuela de Medicina de Harvard
(EE.UU.) han realizado un estudio rigurosamente diseñado para evaluar el
impacto biológico de la meditación en comparación con las vacaciones.
Examinaron
el efecto de la meditación en los patrones de expresión génica en meditadores
principiantes regulares, y encontraron que las vacaciones ofrecen un impacto
fuerte e inmediato en las redes moleculares asociadas con el estrés y las vías
inmunológicas, además de mejoras a corto plazo en el bienestar, medido según
las sensaciones de vitalidad y angustia.
Un retiro de
meditación, en aquellos que meditan de forma regular, se asoció con redes
moleculares caracterizadas por actividad antiviral. La huella molecular de los
meditadores a largo plazo era distinta a la de los no meditadores de
vacaciones. El estudio se ha publicado en la revista de
Springer Translational Psychiatry.
En el
estudio participaron 94 mujeres sanas, de 30-60 años de edad. Sesenta y cuatro
mujeres no eran meditadoras regulares. Las participantes estuvieron en las
mismas instalaciones de California durante seis días, y se asignó al azar de
manera que la mitad estuviera simplemente de vacaciones, mientras que la otra
mitad realizó un programa de entrenamiento de meditación dirigido por el Centro
Chopra para el Bienestar.
El programa
de meditación incluyó formación en la meditación con mantras, yoga y ejercicios
de autoreflexión, diseñada por Deepak Chopra, que no participó en la
recolección ni el análisis de los datos.
Para una
mayor comprensión de los efectos a largo plazo de lo que los científicos
denominaron el “efecto de la meditación” en comparación con el “efecto de las
vacaciones”, el equipo también estudió a un grupo de 30 meditadores experimentados
que ya estaban inscritos en el retiro esa semana. Los investigadores
recogieron muestras de sangre, y encuestas de todos los participantes,
inmediatamente antes y después de su estancia, así como encuestas un mes y diez
meses más tarde.
“Este trabajo
pone de relieve la importancia de los estudios centrados en las personas
sanas”, dice Eric Schadt, autor principal del artículo y profesor de Genómica
de la Facultad de Medicina de Icahn en el Monte Sinaí, en la nota de
prensa de éste.
El equipo de
investigación examinó los cambios en 20.000 genes para determinar qué tipos de
genes cambiaron antes y después de la experiencia.
Los científicos realizaron
un análisis integrador transcriptómico, comparando las redes de expresión
génica a través de los tres grupos de participantes y buscando perfiles
moleculares y patrones de vías de enriquecimiento singulares.
Los
resultados del estudio muestran que todos los grupos -meditadores novatos,
meditadores experimentados y turistas- tuvieron cambios significativos en los
patrones moleculares de la red después de la semana en el complejo, con una
huella clara que distinguía la referencia de la biología post-vacacional.
Los cambios más notables en la actividad de los genes estaban
relacionados con la respuesta al estrés y la función inmune.
Los
investigadores evaluaron las medidas declaradas de bienestar. Aunque todos los
grupos mostraron mejoras hasta un mes más tarde, los meditadores novatos
tuvieron menos síntomas de depresión y menos estrés mucho más tiempo que los no
meditadores.
Los efectos
psicológicos parecen ser duraderos y se desconoce cuánto de este beneficio más
duradero puede ser debido a la práctica continuada o a cambios duraderos en
cómo ve la gente los acontecimientos de sus vidas.
“Es
intuitivo que tomar unas vacaciones reduce los procesos biológicos relacionados
con el estrés, pero aun así era impresionante ver los grandes cambios en la
expresión génica producidos por estar lejos de los ritmos del trabajo, en un
ambiente relajado, un corto período de tiempo. Estos resultados tendrán que ser
replicado para ver si los cambios se invocan de manera fiable en las mismas
circunstancias, en futuros estudios, y comparados con un grupo control en sus
hogares”, dice Elissa S. Epel, profesora de Psiquiatría de la Universidad de
California en San Francisco, y primera autora del estudio.
“Según los
resultados, el beneficio que experimentamos de la meditación no es
estrictamente psicológico: hay un cambio claro y cuantificable en cómo
funcionan nuestros cuerpos”, dice Rudolph Tanzi, profesor de Neurología en la
Universidad de Harvard, y director de la Unidad de Investigación sobre Genética
y Envejecimiento del hospital general de Massachusetts.
“La
meditación es una de las maneras de realizar actividades de recuperación que
pueden proporcionar alivio a nuestro sistema inmunológico, aliviar la tensión
del día a día de un cuerpo constantemente tratando de protegerse a sí mismo. La
predicción es que llevaría a un envejecimiento más saludable”.
Acceso
gratuito al texto completo.
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